14 may 2013

Viaje a Cabo de Gata I

Después de un breve periodo inactivo (necesitaba descansar este fin de semana), traigo una nueva sección en la cuál os voy a mostrar fotos de los lugares en los que he estado, tanto viendo monumentos, como paisajes que merezcan la pena, porque al fin y al cabo, la fotografía se considera otro arte, o al menos, eso creemos algunos. Este fin de semana estuve en Cabo de Gata, Almería, de donde yo soy. El lugar es precioso, lleno de calas y playas vírgenes (algunas más que menos), y que en el periodo antes de verano es el ideal para visitar, poca gente, vistas inmejorables, y la suave brisa del mar mediterráneo dando en tu rostro mientras ves el mar añil. Que disfrutéis con las fotos.
 

 
Playa de los Genoveses, Cala de la Media Luna y Playa de Mónsul, además de Los Escullos y el Mirador de Amatista, fueron los destinos con los que este pasado Domingo ocupé mi tiempo libre. Un día de vienta, y que amanecía nublado parecía estar a punto de descargar una tromba sobre Almería. Pero el fuerte viento hizo el milagro, y en apenas 3 horas, el cielo yacía casi despejado, y el sol calentaba la tierra.
 
Tras pasar por el precioso pueblo de San José, (siento no tener fotos, no llegué a parar), llegamos a la entrada de las playas, larga, de unos cuantos kilómetros, sólo se puede entrar en coche en temporada baja, porque en verano se habilitan autobuses. Y lo que antes eran la mayoría playas vírgenes, en verano, e incluso ahora, permanecen casi completas, pero el día no acompañaba.
 
Llegamos a la playa de los Genoveses, y sin siquiera pararnos, no vamos directos a una esquina, y cruzamos las rocas directos a la pequeña cala de la Media Luna.
 
 
Arena finísima, agua azul transparente y escondida de las miradas ajenas, esta cala tiene apenas unos 60 metros de longitud, que permiten tumbarse a placer sin molestarse por el vecino, que perfectamente puede estar a unos 15 o 20 metros. Profundidad, escasa, puedes adentrarte más de 20 metros y el agua no sube más de la cintura, es decir, apenas 1 metro de profundidad, perfecto para niños y padres que tiene miedo de que su hijo se ahogue en la misma orilla. Otro gran punto a favor, a pesar del viento, que era bastante considerable, las montañas guarecían de tal manera que por momentos creí que ya había cesado, en definitiva, un lujo. Mirad las fotos (algunas fotos las he editado de forma que he eliminado a las personas que había en la playa, pero aún así habían algunas personas).
 




 
Más tarde, fuimos a la playa de los Genoveses, esta si más famosa, con una playa de unos 2 kilómetros de larga, ayer estaba plagada de surfistas y profesionales haciendo windsurfing, con el cielo cubierto por cometas y el mar revuelto, hacia un enorme contraste con la gran extensión de arena fina y plana, ideal para hacer castillos, pasear, o como no, echar fotos.
 


 



 
De camino al mirador, paramos en los Escullos, una zona bastante más rocosa, pero que las vistas también son magníficas.
 


 


 
Y por fin, llegamos al mirador de Amatista, situado entre Las Negras y la Isleta del Moro, desde donde podemos ver gran parte de costa, e incluso el Cerro de los Frailes, de casi 500 metros de altura, el cuál fue un antiguo volcán.
 




 
Y aquí terminan las fotos de mi viaje, aunque no he podido echar fotos a todo, he intentado enseñar las mejores que hice y que podáis verlas, por si algún día venís a Almería, ya sabéis que hay lugares donde ir y que yo os intentaré enseñar.
 
 
 Yo mientras os dejo con una foto que me gusta mucho...
 
...y su fina arena...
 
 
Un saludo.
 
Atentamente, F. Lirola.

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